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Un lugar de silencio y remembranzas: El Cementerio local
A los pies de la montaña, se alza el cementerio de Rivadavia que guarda los recuerdos más íntimos de la localidad. También se puede apreciar una bellísima vista hacia el valle del Río Claro. Sus tumbas más antiguas datan de principios del siglo XX, acogiendo los restos de los hijos de Rivadavia.
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La actual capilla del pueblo
Se encuentra un poco antes de llegar a la plaza. Antiguamente la iglesia estaba al otro lado del río y a un costado de la «Casa Rosada». De esa construcción, hoy solo quedan pocos restos del altar apilados en un rincón. Está bajo la advocación de San Antonio de Padua, cuya fiesta religiosa se celebra el segundo domingo de junio. La antigua iglesia Una sorpresa para la comunidad de Rivadavia son las fotos descubiertas por un docente de la Escuela Ríos de Elqui en el Archivo Fotográfico de la Dirección de Arquitectura, Ministerio de Obras Públicas, en agosto de 2019.
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La Animita de Marchant
El investigador local Juan Carlos Robles nos cuenta que, acaecida la muerte de Alamiro Marchant, «…un alma piadosa levantó una cruz de palos de chañar en el lugar del crimen y grabó con cincel en las piedras de una añosa pirca la (…) inscripción que aún perdura hasta estos días “A Marchant 1930”. Pasó el tiempo y los lugareños y viajeros que pasaban por el lugar dejaban ofrendas florales en la «Animita de Marchant» como la empezaron a nombrar. Un día una mujer desesperada por la enfermedad incurable de su hijo, le hizo una manda a la animita y al cabo de unos días el niño se recuperó milagrosamente, el…